El tiempo y no la distancia,
unidos por una rosa en una fosa,
que nos negamos a encontrar.
El candil que no ves
alumbra aún nuestros sueños.
Yo no rezo, pero mi canto
protege nuestro amor.
Hoy todo enciendo,
prendo el anhelo
y el vino se mezcla
Invitando a destensar.
En un intento deshago el contexto
y nos imagino frente al mar,
la majestuosidad de las preguntas
más inmensas
y el profundo y sencillo
respiro.
Que a todas da respuesta.
La dualidad
nos es inexorable,
hoy respiro lo que no se ve,
la onda que nos atravesó.
Nos faltó todo y nada.
Y en la muralla que construí
para protegernos,
respiro tranquila
y me acerco a oler las rosas
sin arrancarlas,
porque todo tiene un lugar,
como este amor
sin obligación.